La interfaz SCSI (Small Computer System Interface) ha sido tradicionalmente relegada a tareas y entornos de ámbito profesional, en los que prima más el rendimiento, la flexibilidad y la fiabilidad. Para empezar, SCSI es una estructura de bus separada del bus del sistema. De esta forma, evita las limitaciones propias del bus de la PC. Además, en su versión más sencilla esta norma permite conectar hasta 7 dispositivos SCSI en el equipo (serían 8 pero uno de ellos ha de ser la propia controladora), aunque hoy día pueden conectarse hasta 15 más la controladora; y las ventajas no se reducen al número de periféricos, sino también a su tipo: se puede conectar prácticamente cualquier dispositivo (escáneres, impresoras, unidades ópticas, unidades removibles, etc.) siempre que cumplan con esta norma.
Otra enorme ventaja de SCSI es su portabilidad; esto quiere decir que se puede conectar el disco rígido o lectora (o lo que sea) a computadoras Macintosh, Amiga, etc., que empleen también la norma SCSI. Un detalle a resaltar es que todos los periféricos SCSI son inteligentes; es decir, cada uno posee su propia ROM donde almacena sus parámetros de funcionamiento. En especial, es la controladora lo más importante de la cadena SCSI, que al poseer su propia BIOS puede sobrepasar limitaciones de la ROM BIOS del sistema.
Posiblemente lo que hace destacar a SCSI es su rendimiento, bastante superior a IDE al no depender del bus del sistema; no obstante, no todas son ventajas: SCSI es más caro que IDE, y en la mayoría de las ocasiones, más complejo de configurar, aunque esto último es cada vez menos problemático, ya que es preciso resaltar que la norma SCSI también ha evolucionado y mejorado. Otro aspecto referente al rendimiento de los discos rígido, es que su velocidad de rotación puede alcanzar las 15.000 RPM.
Hay una gran variedad de interfaces SCSI debido a su evolución, pero básicamente se diferencian en tres aspectos:
Cantidad de hilos por conector Narrow 25 o 50 y Wide de 68 u 80
Velocidad de transferencia
Capacidad del canal 8 o 16 bits
La primera norma, SCSI-1, lograba un máximo de 3 MB/s de transferencia, con una anchura de 8 bits en el bus de datos. La posterior SCSI-2 introdujo mejoras en el control de los dispositivos, inclusión de mejoras de caché y otras, subiendo a 5 MB/s de ratio, con la misma anchura de bits que su predecesora. Luego se presentó la variante Fast SCSI-2, que lograba los 10 MB/s, manteniendo esos 8 bits en el bus de datos.
El modo Wide se unió después al Fast, resultando el Fast/Wide SCSI-2, con el que se amplió a 16 bits el ancho de banda del bus de datos, lográndose hasta 20 MB/s de transferencia y permitiendo un soporte de hasta 15 dispositivos en cadena. El avance más reciente (2003) es la interfaz Ultra-640 SCSI bajo la norma Ultra-5, con el que se ha conseguido llegar a 640MB/s a 16 bits con un cable de 80 hilos. La siguiente imagen ilustra algunos conectores para diferentes dispositivos, la mayoría obsoletos.
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