Es preciso comentar también otros aspectos de la estructura física del disco que hacen a la capacidad y lectura/escritura de datos. Para empezar, la superficie del disco se divide en una serie de anillos concéntricos, denominados pistas. Al mismo tiempo, las pistas se dividen en tramos de una misma longitud, conocidos como sectores; un sector contiene 512 bytes. Otro concepto es el de cilindro, usado para describir las pistas que tienen el mismo número pero en diferentes discos, es decir las pistas concéntricas proyectadas en los diferentes platos conforman los cilindros. Finalmente, los sectores suelen agruparse en bloque denominados clusters o unidades de asignación.
Estos conceptos son importantes a la hora de instalar y configurar un disco rígido, y toman mayor relevancia cuando más adelante se traten los aspectos lógicos, como ser el sistema de archivos a utilizar. Las mothers modernas detectan los discos rígidos instalados automáticamente, pero antiguamente había que introducir algunos valores uno por uno (siempre vienen escritos en una etiqueta pegada en la parte superior del disco), lo cual obligaba a tener cierto conocimiento técnico para configurarlos y obtener el mayor provecho posible. Esta estructura lógica que especifica los detalles de las pistas y sectores se realiza al momento de la fabricación del disco rígido y se denomina Formato de Bajo Nivel. El tamaño de los clusters se da con el Formato de Alto Nivel y se tratará más adelante.
Como se puede apreciar en el gráfico los sectores no son del mismo tamaño físico, sin embargo todos tienen la misma capacidad, 512 Bytes. Todas estas divisiones y convenciones sirven para ubicar los datos dentro del disco, es decir, forman parte de la "dirección" del dato. El primer sistema de direccionamiento que se usó es CHS (Cylinder – Head – Sector), ya que con estos tres valores se puede situar un dato cualquiera del disco. Un dato determinado puede estar grabado en el sector 3 del cilindro 5 de la cara 4, por ejemplo. En la actualidad se utiliza un sistema más sencillo, llamado LBA (Logical Block Addressing), que consiste en dividir el disco entero en bloques y asignar a cada uno un único número. La ubicación de los datos se efectúa indicando el número del bloque deseado (que incluye uno o varios sectores) sin importar en qué cara del plato esté o en qué pista.
Multiplicando los valores de CHS entre sí se obtiene la cantidad de sectores del disco rígido, luego si se multiplica ese valor por 512 se obtendrá la capacidad del disco en bytes. Habría que dividir el resultado por 1.024 para obtener la capacidad en MB o GB, aunque en realidad la mayoría de las veces el fabricante indicará una capacidad que obtendremos si hacemos divisiones por 1.000.
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